El término pornografía procede del griego: πορνογραφíα, porne es "prostituta". Designa en origen, por tanto, la descripción de las prostitutas y, por extensión, de las actividades propias de su oficio. Hay que decir, sin embargo, que el término es de aparición muy reciente pues en la Grecia antigua nunca se usó la palabra "pornografía".Modernamente se entiende por pornografia un conjunto de materiales, imágenes o reproducciones de la realización de actos sexuales con el fin de provocar la excitación sexual del receptor.
La pornografía se manifiesta principalmente a través de tres medios: el cine, la fotografía y la literatura, aunque también admite representaciones a través de otros medios como el cómic, la escultura, la pintura, e inclusive el audio (teléfono erótico, entre otros).
Historia
La pornografía es casi tan vieja como el mundo. En tiempos prehistóricos se dibujaban o se hacían estatuillas con caracteres sexuales exagerados: senos enormes tal y como las Venus paleolíticas o falos prominentes. Sin embargo, en aquella época, la intención de estas representaciones no era excitar sexualmente sino pedir a los dioses fertilidad y buenas cosechas.
En la India hay templos hinduistas construidos hace más de 2.500 años con decorados en relieve o esculturas que muestran parejas en el momento de la cópula. En China se han descubierto dibujos y grabados de la época de la dinastía Chin con representaciones en pleno acto sexual.
En las ruinas de las ciudades griegas se han encontrado desde jarrones con dibujos de parejas en el momento del coito hasta murales y textos con clara intencionalidad erótica. Las ruinas de la ciudad de Pompeya, en el sur de Italia, sepultada por una erupción en 79 d.c. son como una cápsula de tiempo que ha permitido conocer cómo se divertían los romanos. Los restos del principal burdel de la ciudad muestran numerosas escenas de sexo.
En un intento por aislar el papel de la violencia como algo diferente del sexo en las situaciones inducidas por la pornografía, James Check llevó a cabo un experimento donde los hombres eran expuestos a diferentes grados de pornografía, algunos violentos y algunos no. Todos los grupos exhibieron el mismo cambio de actitud, a saber una mayor inclinación a usar la fuerza como parte del sexo.
En un estudio, los investigadores Dolf Zillman y Jennings Bryant investigaron los efectos de la pornografía no violenta en la crueldad sexual y en la trivialización de la violación. Demostraron que la exposición continua a la pornografía tenía efectos adversos sobre las creencias acerca de la sexualidad en general y sobre las actitudes hacia las mujeres en particular. También encontraron que la pornografía desensibiliza

Dolf Zillman midió el impacto de ver pornografía en los puntos de vista de los sujetos acerca de lo que constituye una práctica sexual normal. El grupo que vio la mayor cantidad de pornografía dio estimaciones mucho más altas de la incidencia del sexo oral, el sexo anal, el sexo grupal, el sadomasoquismo y la bestialidad que los otros dos grupos.
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